Otra vez venecia Por todas partes, iglesias y palacios
de un lujo descascarado que mucho importa a esta hora.
Las mareas respiran en el sembradío de los palotes
y las góndolas se acuestan recordando sobre el barro púrpura.
Una red de cosas viejas retiene chismes, pasos, agua
que va, chasquidos de dentadura en una mesa de la Piazza.
En el arco voltaico de la noche hay una trampa,
en agonía romántica se hunde la unidad flotante.
Hay una continua despedida que deshiela los puentes
y se disuelve en el gesto de un oriente imaginario.
No es el futuro, más irreal que nunca, que nos separa:
una lancha iluminada cruza el canal y el sueño.
¿A dónde se irán las imágenes de los espejos?
No es ésta tu desnudez de ayer con la quietud de una llama
tampoco hay mayor sorpresa cuando el mundo se hunde.