Eres el inquilino Eres el inquilino del que fuiste
la presencia indudable de la ausencia.
Han cambiado la mesa de lugar
las llaves de la casa, platos, algunos vasos
(cosas pequeñas que advierte la memoria).
Encuentras las costumbres
el vaivén de una lámpara en el mismo rincón
y también las cortinas que sobrevivirán
a los que conservaron todo.
Y misteriosamente buscas en los cajones
o sobre los fragmentos, alguna identidad
posible.