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Poemas de Jaim Najman Bialik

Jaim Najman Bialik

Jaim Najman Bialik, poeta por excelencia del renacimiento hebreo,
nació el 30 de diciembre de 1873 en Rady, pequeña aldea de Wolhynia en
Rusia.

A los seis años su familia se estableció en Zitomir y su padre
abrió una taberna junto al camino de la localidad. Carente de experiencia
comercial le fue imposible mantener a su esposa y a sus siete hijos, y
para mayor desgracia murió joven dejando a su familia en la miseria.

En la poesía "Avi", (Mi padre) el poeta relata que dentro de la
taberna al resguardarse de los borrachos, entre las rodillas de su
padre, lo veía atender a los clientes y a la vez susurrar las plegarias
cotidianas. Siendo un niño sensible Bialik percibía el sufrimiento y la
afrenta que debía sentir su padre en tan degradante trabajo.

Muy conmovedora es la frase en donde Bialik expresa: "la imagen de
mi padre guardé en mi corazón, la convoco y aparece frente a mí".

Asimismo, el célebre poeta, contempla a su padre caminar lentamente
como un buey extenuado que acarrea un pesado yugo.

En el poema "Shirati" (Mi canción) Bialik evoca el cuadro familiar
que envolvió su triste infancia. Él mismo cantó en forma patética el
triste ambiente de indigencia que respiró en su niñez.

En la poesía citada anteriormente Bialik retrata a su madre como
una mujer valiente y enérgica, una auténtica "Madre de Israel", aunque
ella se confiese desamparada y desolada. Nuestro poeta describe cómo su
madre al levantarse ordenaba su hogar y luego amasaba incesantemente
hogazas de pan que llevaba al mercado para la venta.

El final de la poesía capta la huella que las lágrimas, por ella
derramadas, dejaron en la masa del pan. Las mismas penetraron, embebiendo
las entrañas del poeta y aquel pesar, aquel dolor, aquella angustia se
aglutinaron y dieron forma a sus versos emotivos, profundos y
trascendentes.

Con la muerte de su padre, el joven Bialik fue llevado a la casa de
su abuelo paterno en los afueras de Zitomir. Su abuelo, que vivía una vida
del todo consagrada a las prácticas piadosas, proporcionó a su nieto
una densa formación espiritual.

Bialik halló en casa de su abuelo numerosos libros sobre temas
cabalísticos, jasídicos, y también sobre filosofía judaica de acreditados
autores como: Maimónides, Yehudá Haleví, Yosef Albo y otros que leía a
escondidas. Toda esta lectura nutrió y contrarrestó la influencia
jasídica que circundó su temprana juventud.

Junto a sus parientes y en contacto con la naturaleza, la cual
aquietaba su joven organismo y, a la vez, lo reanimaba del cansancio
provocado por sus estudios, aprendió a montar a caballo, y a practicar
algunos deportes como la pesca y la natación.

La lectura de literatura no judía, y de libros de Haskalá, provocó
en él luchas internas que revelaron sus ansias de abandonar Zitomir e ir
en busca de nuevos espacios.

Por aquellos tiempos Bialik descubrió a Ajad Haam, gran escritor
hebreo contemporáneo, por quien siempre sintió verdadera admiración y
devoción.

En 1891 se publica en el periódico Ha-pardés de la ciudad de Odesa
su primer poema "El Hatzipor" (A un pájaro). Fue dentro de este círculo
literario, en Odesa, donde el poeta afirmó su vocación literaria.

Bialik regresó a la casa de su abuelo y encontró la casa de
estudios, el Beit Ha-midrash vacío: los tiempos habían cambiado, los
estudiantes habían abandonado el nido.

En el poema Al saf beit ha-midrash, (En el umbral del Beit
Ha-midrash) Bialik nos cuenta que a su regreso permaneció frente al
mismo y su malestar fue inmenso al ver el arón ha-kodesh (el arca),
desprovisto del sefer torá y los rollos sagrados enmohecidos dentro de un
tonel. El poeta lloró por la destrucción de la casa de estudios
percibiendo su propia destrucción.

Contrajo matrimonio en 1893 y ayudado por su suegro se dedicó al
comercio de madera.

Finalmente su vocación pudo más y en 1897 consiguió trabajo como
maestro de hebreo y publicó varios poemas, entre ellos, Im iesh et
nafshejá ladaat, (Si tu alma quisiera saber) y Ha-matmid, poema en el
cual no puede comprender el despilfarro feroz de tantas energías. Su
enfoque había variado, ya no aceptaba pasivamente la educación tradicional
de la escuela sinagogal e incluso trató de persuadir al Matmid y a todos
los que lo rodeaban de la inutilidad de sus esfuerzos.

El poeta ha sido Matmid, pero ha abandonado su nido. Fue seducido
por los vientos libres, por la luz, por la nueva canción (Levadi) pero de
ningún modo renegó de su antiguo Beit Ha-midrash. Deseaba encontrar un
camino de integración entre el antes y el ahora.

Regresó a Odesa, la ciudad de las luces, en 1900. Movido por un
agradable recuerdo, fundó la editorial "Moriah" y permaneció allí hasta
1921.

En 1901 apareció su primer libro de poemas y fue aclamado como el
poeta de la resurrección nacional.

Los pogroms sucedidos en Kishinev inspiraron sus dos poemas, Al
Hashjitá (Sobre la matanza) y Beir Ha- hareiga (En la ciudad de la
matanza).

Ayudado por su amigo Máximo Gorki, logró obtener pasaportes en Moscú
y abandonar la Unión Soviética. Se dirigió a Berlín y fundó la editorial
Dvir.

Finalmente se trasladó a Israel en 1924 y se estableció en Tel Aviv.

Después de una ardua tarea como editor, escritor y poeta falleció en
Viena el 21 de Tamuz de 1934 . Fue sepultado en Tel Aviv, junto a los
restos de Ajad Haam y de Max Nordau.

Bialik tradujo, entre otras cosas, El Quijote, de Miguel de
Cervantes Saavedra, Guillermo Tell, de Schiller y El Dibbuk, de Ansky.
Además escribió poemas para niños, compiló y editó junto a Ravnitzky un
libro de midrashim y agadot, denominado "Sefer Ha-agada", fue miembro de
la comisión de la lengua hebrea, participó de la asociación de
escritores y escribió en idish poemas sobre la naturaleza y poemas
nacionales que fueron publicados en un libro específico.
Jaim N. Bialik innovador de la Lengua Hebrea
Jaim Najman Bialik es considerado también un innovador de la lengua
hebrea.

El poeta insufló al idioma vitalidad y naturalidad al utilizarlo en
forma simple y clara pero a la vez llena de expresiones y términos
pertenecientes al Tanaj, (Antiguo Testamento) a la Mishná, al Midrash y a
la plegaria. La creación de nuevas palabras y expresiones idiomáticas
diversas permitió el enriquecimiento de la llamada lengua sagrada y
facilitó la recuperación de vocablos considerados antiguos.

Desde el momento en que se estableció en Eretz Israel, en 1924,
trabajó intensamente en la renovación del idioma. Fue elegido presidente
del Vaad Halashón (comité de la lengua), cargo que desempeño hasta su
muerte. Asimismo publicó la primera edición del diccionario de
terminología técnica.

A pesar de no ser lingüista, tuvo la capacidad, la sensatez y el
acierto para encuadrar a los nuevos vocablos dentro de la musicalidad
y estructura del idioma, además de proporcionarles animación a fin de
ser aceptadas por los hebreo parlantes. En su articulo “descubrimiento y
cobertura del idioma” señaló su objetivo: iluminar palabras a fin de
devolverles su decoro. En otro de sus artículos mencionó que la renovación
del idioma hebreo sólo acontecería con el renacimiento completo del habla
hebrea.


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