Vii Nadie comprende tus señales.
Nadie en la ciudad marítima entiende
que la poesía está en los hombrescomo la sangre,
como la violencia,
como el amor...
Nadie comprende Jorge Carrol.
Solo yo entiendo el por qué de tu lucha,
de tu resistencia y tu memoria;
tu memoria en la que un pájaro anidó;
tu memoria que deviene noche tras noche
y día tras día,
alegrándote, amenazándote.
Haciendo posible lo imposible.
Por ejemplo: tus sueños.
Tus sueños que tejes imperturbable
desde el primer grito,
desde el vientre de Yocasta.