Allen Ginsberg Nació el 3 de junio de 1926 en la ciudad de Newark, Nueva Jersey. Asistió
a la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York de la que fue
expulsado, allí conoció a Jack Kerouac, a Neil Cassady y a Herbert Huncke.
Para evitar una condena en la prisión estatal, luego de ser arrestado
junto a otras personas a bordo de un auto robado, se declara mentalmente
incapacitado y el juez lo obliga a permanecer ocho meses en un instituto
psiquiátrico. Nuevamente en libertad decide reiniciar su vida, se declara
heterosexual y comienza a trabajar como creativo en una agencia de
publicidad. Insatisfecho con esta vida rutinaria hace pública su
homosexualidad y cambia varias veces de empleo. Fue sucesivamente
lavaplatos, sereno y soldador en una metalúrgica. Luego finalmente acepta
los consejos de Jack Kerouac y se traslada a la Costa oeste. En aquellos
primeros años de la década de los cincuenta, cuando él arriba a la ciudad
de San Francisco, "...el portal a Oriente de los Estados Unidos de
América…" según Rudyard Kipling, caracterizada por Bret Harte como
"…serena, indiferente al destino… guardiana de dos continentes…", "…el
último refugio de los bohemios…" en la opinión de Karl Shapiro, ésta era
el centro de una intensísima actividad cultural que se desarrollaba en
toda la región de la bahía. En el campo de la performance Kenneth Rexroth
y Kenneth Patchen leían sus poemas en público acompañados por músicos de
jazz. Lawrence Ferlinghetti, quien se había instalado allí en 1950 y que
en ocasiones participaba de estas veladas en The Cellar ( El sótano),
escribía en esa época sus "mensajes orales espontáneos", textos concebidos
por su autor para ser escuchados, en los que registra definitivamente la
dicción del habla coloquial que ya nunca se ausentaría de su discurso
poético. En el centro de poesía de la Universidad local, dirigido por Ruth
Witt-Diamant, y en cafés y galerías de arte, se organizaban lecturas de
poesía en las cuales era posible enterarse de las últimas tendencias
poéticas, o de lo que estaban produciendo el surrealista Philip Lamantia o
el casi místico-católico William Everson.
sorpresa
¡Qué afortunados somos al poseer ventanas! El vidrio es transparente. He visto al muchacho ... [leer completo]
yo no soy
Yo no soy una lesbiana aullando en el sótano amarrada a una telaraña de cuero no soy un Rockefelle... [leer completo] Esta es la página 1 de un total de 1