Variaciones sobre una biografÍa de onetti IOnetti recorre MemphisTe dijeron que ahí estaba la tumba de Faulkner,
pero era en otra ciudad llamada también Memphis.
Te dijeron o lo leíste
que volaban demonios sobre una cruz blanca
en un prado verde y que habría otros nombres
como en Spoon River.
Lo leíste o te dijeron que estaba muerto
pero a vos te consta -nadie te lo contó- no había tumba.
Un artista es una criatura impulsada por demonios.
Lo leiste y en la lectura solitaria -qué otra cosa-
mezclado a un nombre egipcio y a un país raro
caminaste equivocado una mañana
buscando a otro desaparecido.
II
(la vida imita a la literatura)onetti nos destroza“...nos hace llorar, nos pone tristes”
dice una boca de cereza de la University of Berkeley.
A veces, el tema tiene la belleza de una estatua griega,
tiene esa emoción que endulza
como un beso de bolero
y tiene esa mentira
que no es sino un recurso desesperado
con que puede tragarse el fondo más amargo.
A veces y entonces, un tipo dentro, un demonio
se sube a la mano que antes acariciaba
y desgarra y viola y asesina.
Y dice:
“es así la literatura”.