Iii estaciones para el caballero de parís Tristeza, lo has visto cruzar frágil,
tan desvaído y frágil que duele.
Quién le apaciguará la embriaguez
de remontar sus calles lejanas
adivinando sucias palomas.
Tú lo has visto dormir como un niño,
soñar como un niño suaves astros;
casi estatua de parques a oscuras
envuelto en la noche y sus mendrugos,
sin más audacia que algún París,
sin más audacia que una caricia
para nombrarte de modo afable.
Estás inscrita en las líneas del
cielo raso: Tristeza. Tristeza.