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Una plegaria americana - Poemas de Jim Morrison

Una plegaria americana

¿Has sentido el calor del progreso
  bajo las estrellas?

¿Sabes que existimos?

Has olvidado las llaves
  del reino

¿Has nacido
  y estás vivo?           
 
Reinventemos a los dioses, a los mitos
  seculares

Adoremos los símbolos de los profundos bosques ancestrales

(Has olvidado la lección
  de la antigua guerra)             
  Necesitamos doradas, inmensas copulaciones             
  Los padres cacarean en los árboles
  del bosque
Nuestra madre murió en el mar             
¿Sabes que son plácidos almirantes
  quienes nos conducen al exterminio
y que obesos y torpes generales adquieren
  el obsceno vicio de la sangre joven?             
  ¿Sabes que nos gobierna la t.v.
La luna es una bestia de sangre reseca
Bandas de guerrilleros lían porros
  en el vecino patio de viña verde
y se aprovisionan para la guerra en las inocentes espaldas
  de boyeros agonizantes?             
  Oh gran creador del ser
concédenos una hora más para
  redondear nuestro arte
  y perfeccionar nuestras vidas             
  Las polillas y los ateos son dos veces divinos
  y moribundos
Vivimos, morimos
y la muerte a nada pone fin
Seguimos viaje hacia la
  Pesadilla              Cuélgate de la vida
  Flor nuestra de pasión
Cuélgate de las conchas y de las vergas
  de la desesperanza
Nuestra última visión nos la dio
  la gonorrea
La entrepierna de Colón se hinchó
  de muerte verde             
  (Le toqué la pierna
  y la muerte sonrió)             
  Nos hemos reunido en este loco
  y antiguo teatro
Para pregonar nuestra pasión de vivir
  y huir de la multitudinaria sabiduría
  de las calles             
  Han echado abajo las puertas
Protegen las ventanas
y queda uno
Para bailar y salvarnos
Con la divina burla
  de las palabras
La música enciende el ánimo             
(Cuando a los asesinos del único Rey verdadero
deambular libres se les permite
mil Brujos aparecen
  en el país)             
  Dónde están los festines
que nos prometieron
Dónde el vino
el Vino Joven
      (muriendo está en la viña)           
        burla constante
concédenos una hora para la magia
Nosotros los del guante de púrpura
Nosotros los del vuelo de estornino
  y hora de terciopelo
Nosotros los de la raza del placer árabe
Nosotros los de la bóveda del sol y de la noche             
y por vuestra sedosa
acolchada casa
una cabeza, sensatez
y una cama             
Turbulento decreto
La burla constante
te reclama             
Teníamos la costumbre de creer
en los buenos tiempos
Seguimos disfrutándolos
En cuentagotas             
Las Cosas de la Bondad
y un cejo desfruncido
Olvidan y toleran             
¿Sabías que la libertad existe
  en un libro escolar?
¿Sabías que los locos
  gobiernan nuestra cárcel
en una celda, en una checa
en un remolino blanco,
libre y protestante?             
Estamos colgados cabeza abajo
  al borde del aburrimiento
Buscamos la muerte
  en el cabo de una vela
Buscamos algo
  que nos ha encontrado             
  Podemos inventar nuestros propios reinos
imponentes tronos de oro, esos sitiales de lujuria,
y estamos obligados a amar, en herrumbrosas camas             
Ser un collage de polvo de magazine
rascado en las frentes de los muros de seguridad
Esta es la cárcel perfecta para quienes deben
levantarse temprano y luchar por esos
valores inservibles
mientras muchachas llorosas
exhiben sus miserias y hacen pucheros
delirantes palabras para
un personal que está de atar.             
Oh, estoy harto de dudas
Vivo en la luz de la certeza
Sur             
Crueles vínculos
Los sirvientes tienen el poder
hombres-perros y sus mezquinas mujeres
cubren con míseras sábanas
a nuestros marineros
(¿dónde estabas a la hora de apoyarnos?)

¿Ordeñar un bigote?
¿o moler una flor?
Estoy harto de caras agrias
Que me observan desde lo alto
de su Torre de T.V.
Quiero rosas en
el cenador de mi jardín.
¿Entendido?             
Nos esperan para llevarnos
  al jardín dividido
¿Conoces la palidez y el impúdico temblor
  de la muerte que llega a insólitas horas
  sin avisar, sin cita previa
como una horrible invitada empalagosa
  con la que te has encamado?             
  Con nosotros fabrica ángeles la muerte
  y nos pone alas
donde teníamos brazos
  suaves como garras
  de cuervo             
  Basta de dinero, basta de disfraces
Este otro Reino parece con mucho el mejor
hasta que su otra mandíbula revela el incesto
y la relajada obediencia a una ley vegetal             
No iré
Prefiero un Festín de Amigos
a la familia Gigante



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