El brillo de osiris El amor es lo cierto que no sabe
decirse. Como niños o niñas
que espiaran el cuarto de los padres
el asombro nos contagió la risa,
la angustia de la muerte y la certeza
del cuerpo desmembrado: quién olvida
el nudo de los brazos, las caderas,
el sexo poseído donde brilla
la estrella del amor, la buena nueva
que es el nombre del mundo. Porque alguien,
con una voz burlona, nos anima
a ser los cuerpos de las marionetas
en el lecho del tiempo. Y la voz vibra
como si fuera nuestra, hasta callarse.