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Alucinaciones en la alfalfa - Poemas de Griselda García

Alucinaciones en la alfalfa

Soy un hombre para quien el mundo exterior es una realidad interior.
Fernando Pessoa
Esternones quebrados por el inusitado fulgor
que emanan las pieles
viajes por el desierto en autobús
construcciones fantasmas
viejas mandarinas

nos detenemos un momento.
sube el soldado y se sienta a mi lado
estuve adentro todo el tiempo, dice
vengo del lugar de más luz y suciedad bajo las uñas.

antes solía sostener sólo sólidas miradas
ahora solamente veo sin ver,
mis tajos piden sal a gritos.
Algo me taladra la cabeza/ la mandíbula pesa
no siento los dientes/ apretados
saliva amarga bajando por la garganta.
hay un martillo de marfil/ golpeándome el parietal izquierdo
los caños anaranjados del colectivo/ se enroscan en los cuerpos.
ahora estoy como quería estar: de algodón y rellena de aserrín,
con la piel de antiguos enemigos bajo las uñas.

tolero cualquier cosa de mis amigos imaginarios.

últimamente son sólo los insectos en nariz y oídos
los que me mantienen con vida.

a veces no puedo arreglármelas sin mi zumbido:
un murmullo de cintas sin fin/ o un sinfín de cintas
que necesito para dormir en calma/ y saber que al despertar sólo será
el sol rebotándome en los párpados
y la absoluta certeza de no necesitar nada.
Esperaré a que bajen los mocos por la garganta
para empezar a hablar.
Las fiestas han pasado, sólo nos dejaron
guirnaldas descoloridas por la lluvia y píldoras rosadas.
Vamos a bares del oeste con mi compañero cósmico
y pactamos que una vez hastiados,
haremos collares con nuestros dientes
y cubrecamas con nuestras pieles.
Veo el neón, veo el brillo
esta noche llevo lentejuelas en la sangre,
pero no puedo ver la estrella que me guía.
Oscurece,
pero el cielo está tan turquesa que ambos cerramos los ojos.
Y cuando después de mucho tiempo alguien encendió la luz,
yo dije:
estábamos mucho mejor a oscuras.
No hay masturbación posible cuando es furia lo que se tiene.
Sueños con escarabajos.
Sentada sola
algo lejano y anónimo
me sentencia.
¿Perduraremos? 
Recuerdos de cuando éramos felices,
Recuerdos como cientos de larvas que no serán mariposas.
Almendras amargas anticipan el sabor de nuestros cuerpos.
Acérquense todos:
debo aprovisionarme para el próximo invierno.
Tus besos me dan asco, ahogándome en la espuma del jacuzzi.
hay relámpagos y más relámpagos filtrándose por las persianas del hotel
y yo sólo quiero que todo termine.
De afuera quisiera la libertad de no tener que estar adentro,
y salir así a lucir
el cansancio de todo un día mezclándose
con el brillo en los ojos que dejó el orgasmo.

Masticando las entrañas del pez espada,
meteré espuelas a mi zaino
para salir a buscarte.

la luna guiará almas en pena.
me volveré azul en cuanto el viento
toque mi piel desnuda.

el caballo tropezará con piedras que no existen.

una vez juntos, viviremos de la caridad
y eso nos hará dichosos.


El fetiche oficia de observador mudo
de lentas derramaciones de sangre.
estruendo de orgasmos lloviéndome en el cuerpo.
jardín de altura, ausencia del cáliz prometido,
pupilas de internado suizo ahogan
sus gemidos nocturnos
bajo el peso de sábanas rústicas.

Los heliotropos me miran
hay poco lugar adonde escaparse

las pieles se desbordan
se desdoblan
y disgregan

cuando peine canas
me acordaré del canto

pero ahora

llevame a ver el eclipse
haceme dormir.

Un hombre duerme
privilegio de mis ojos

envuelta en los brazos
del amado ausente
la lluvia tal vez golpee menos
en la noche de colmillos de lobo.


Estoy paralizada por tanto salvajismo,
hermosas sorpresas que tiene el destino
aguardándome en cualquier recodo.

Él se acerca con sábanas limpias,
aquél que atacaba retrocede.

Cuando la tristeza invade todo con su manto de cenizas
no se puede más que esperarla agazapado,
Intentar dormir un sueño libre,
como si durmiera por primera vez,
perder el extraño rictus de mi boca,
la mirada cargada de años luz;

Desearía desaparecer
o al menos tornarme invisible
ser leve como el humo,
y lograr tal vez así
descansar un poco en el aire.


¿Somos iguales o muy distintos?
Por favor,
caeme encima con todo el peso de tus veinte años,
a partir de hoy estarás en mis pesadillas.

Los nervios se galvanizan,
el metal en las venas transmite toda la información
que se puede necesitar.
El espejo hoy miente mi reflejo
y yo le creo.

Gorgojos en el mosto.
tomó mi mano
y esperamos juntos
la maceración.



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