El último dios a luis caissés, amigo
a más de un siglo de distancia
el último dios arrastra su bata amarillenta sobre el piso
una a una repasa lentamente las palabras
que los hombres han ido dejando en el camino
palabras tristes y sordas
grises palabras que se enredan
en la cola de su bata amarillenta
el último dios camina despacio
inseguro y triste a más de un siglo de distancia
arrastrando las palabras de los hombres
rostros de otros dioses inseguros y tristes
mesías de tiempos parecidos
al final del camino puede haber una puerta
una señal de paz
donde los hombres perdonen a sus dioses
pero el último está viejo
y ahora camina despacito
arrastrando su bata amarillenta sobre el piso
repasando lentamente las palabras perdidas por los hombres
sonidos sordos y empolvados
que ya no dicen nada
a más de un siglo de distancia
mi vida es una cuerda que se tensa
una esfera de luz
con el rostro de dios desvaneciéndose.