Asceticus divinarum rerum contemplator
Una niebla de cíclicos aromas
renueva extraña sed
incontenible.
Sus pasos como ascuas
me obligan al delirio
de purgar
toda la náusea del vacío.
Quizás sea alcanzable
acaso
ligeramente posible
distanciar
el cieno ante la luz.
Mas yo he bebido
en estos hombros
el imperio sonante del hastío
y veo mi lagar en sepulturas
apisonando la muerte.
En los espesos lirios de la noche
la cineraria iluminada
azoga mi pálida esperanza
hasta
verter
el pálido dolor
en silencio.