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Elegía al miedo mientras escucho un poema de jim morrison - Poemas de Arlén Regueiro

Elegía al miedo mientras escucho un poema de jim morrison

De ningún cuerpo de cadáver
se ausentan nuestros flacos vientres.
El hambre nos guía hasta la fragancia del viento.
Extranjero, viajero, observa atentamente nuestros ojos
y traduce el horrible ladrido de los antiguos perros.


JIM MORRISON

Impostora es la noche que al graznido asoma
ahora que el delirio cerval es costumbre
páramo erguido en medio de la estirpe
Impostora la multitud ardida entre los peces
donde vomita su ronda el próximo suicida
incapaz de bordar un sol a su costado


(Tiemblan los espejos
las parejas que fornican en los bancos del parque
mientras el rey Lagarto celebra su impudicia)


Le temo a tus ojos Jim Morrison
al relámpago estremecido en tu carne
como al bullicio de ese hombre que te finge
que inyecta en mi tórax el brillo de su muerte


La navaja divide un polvo insondable
el oficio con que mi abuela incrustaba el arroz
y esparcía correctos designios
al degollar palomas sus manos implacables
Yo esperaba crecer mis cabellos dividirme
ser grumete en las olas promisorias
para no saber que un héroe abocado
lamía la traición arbórea de mi entraña

  (Tiemblan las puertas
los relojes obliterados por el tiempo
donde la muerte posee un lirio deleitable)


Me espanta el tejido cristal que nos circunda
cuando llega la cosecha del amor
y los palmos de amapola y mezcalina
fragmentan el accidente lumbar

  la hecatombe
que mi aventura cierne sobre sus huesos
Huyo a los antiguos portadores de la sal
a la penumbra sediciosa que nos irrumpe
que anerva esta longitud de escarchas
allí donde la bitácora del sudor nos olvida


Odio la palidez infinita de lo azul
terriblemente hermoso para cercenar tus dientes
esta arcilla donde bebemos la esperma
cada cicatriz frecuentada por el hambre

  (Tiemblan mis dedos
las palabras que ayudan a mentir
cuando el silencio de un cigarro sorprende)

Cómo acallar la latitud del pavor
esta gruta muscular que se avecina
al coágulo de escorzos sembrado entre las algas
cual un vientre marino


  putrefacto

  iridiscente
que desde antes de morir
ya existía



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