La sangre piensa, y para entonces cruzamos el estrecho de menai
hacia anglesey el agua oscura
bajo el puente un día quieto
sólo destellos blancos
gaviotas
hablabas y tu cabeza
tocaba la mía
& yo pensaba (éramos
los únicos ahí
en ese vagón sin
pasillo el agua abajo
quieta, y el tren se detuvo)
uno de mis primeros duraznos
ese día, tras la guerra yo
tenía siete eran las dos
con seis
un día cálido caminamos de vuelta a casa
bordeando la línea férrea a la izquierda
el embalse pasto & hierba yo
podía olerlos y el pavimento caliente
el asfalto derretido grava
crujía a nuestro paso &
chupé el cuesco del durazno
había estado hablando contigo y
pensando en esta y otras
cosas
él quiere, lo ha dicho
una poesía de la violencia gaviotas
se dejaron caer
tras el cuesco de durazno