Atardecer en los ojos las montañas son testigos que protegen/
el agua del río/ claridad crepuscular/
nadie quiere dejar de bañarse
en la serenidad de su calidez/
y aparecen las gaviotas curzando sobre todos/
se posan en las piedras más altas/
juegan con la trascendencia de sus sombras/
y sobre el paisaje del río/ dibujan breves formas
de la ternura/
la serenidad del lugar inaugura saudades.