PartiÓ el poeta Cuando en la fuente de tus labios tibios
callada, pudorosa, en paz divina
bebí el néctar de las mieles con alivio
perfumadas de rosas vespertinas.
Vivo en tinieblas, presiento tu mirada.
Miro el cielo las estrellas están calmas
con brumas, somnolientas y calladas...
y mi amor que emerge desde el alma.
Soy una tácita paloma compañera
volando por un cielo, persistente;
pasaré los años viviendo esta espera,
siempre serás tú quien ocupe mi mente.
Yo era para ti tu musa inspiradora
era tu luna, tu sol, tu luz en el planeta;
quise ser tu calandria trovadora
quedó la poesía... partió el poeta.