Minotauro Cierro los ojos, y las grietas veo
del muro tembloroso de una vida
que ya se desmorona. La partida
intuyen mi conciencia y mi deseo.
Sin fuerzas voy, anémico Teseo
de esta fiera en acecho, de esta herida
que no acierto a cerrar. Por la aterida
cuesta abajo final creo y no creo,
busco a tientas la puerta, me incorporo
para caer de nuevo. Pero en vano:
no me asustan las astas de ese toro.
Mi instinto largo fue; la espera, corta.
Debo al amor un cálido verano.
Si muero de vivir, poco me importa.