Poemas » juan manuel roca » ciudadano de la noche

Ciudadano de la noche - Poemas de JUAN MANUEL ROCA

Ciudadano de la noche

      Nunca he escuchado en la noche un clavicordio. La luna agita el
agua, acaso altere las mareas que habitan la piel en fuga de los
hombres, de ahí que escuchemos el desbordar del cuerpo en luna llena.
Nunca he escuchado en la noche un clavicordio ni he visto cruzar barcos
cargados con pacas de algodón, pero así se desliza la noche en el
silencio.

      Los trenes tórridos me llevan por países de fiesta sonando
canecas de metal que tocan los niños antillanos. Por los túneles de
piedra que son corredores de la noche resuena la orquesta de los
trenes.Nunca he escuchado en la noche un clavicordio y las gitanas han
leído en los mapas de mis manos que nunca viajaré al país de los lotos.

      Lejos, algún brujo hace en marfil una mascarilla de la noche.

      La noche viaja hasta la blanca estación de los rocíos O pasa su
tiempo colocando en los faroles una danza de sombras y membranas. ¡Qué
más puedo decirles de la noche! Va de viaje con el viento decretando la
abolición de las fronteras,hace un viaje desde Florida hasta el mar de
Java, de los mares del sur a los umbrales de mi casa.

      Mientras un hombre pasa su lengua tras la estampilla engomada de
una reina, la noche me trae cartas de azules lejanías.Algo de salitre y
un pecho de caracol con memoria de mares. Algo de légamo y de brisas
estivales. Un aire de retama y bellas furias secretas me trae la noche
de sus viajes.

      Yo acepto el pasaporte del incierto, el papel que me hace
ciudadano de la noche. La noche abre sus verjas plateadas y desliza bajo
mi puerta sus volantes hojas de papiro, hojas que hablan de un tráfico
de sueños, de un delta de invisibles Orinocos y locuaces loros venidos
del Caribe.

      Yo oigo el conjuro de la noche en sus ranas y el tiempo se
desliza como un Paraná de orillas distantes tocando flores anfibias,
orquídeas que crecen
en la caparazón de las tortugas.

      Algo de alquitrán. Algo de olor de mar entre ritos marineros.
Algo venido del mar de los augures me trae la noche de sus viajes. La
noche va tiznando en mi estancia el blanco aguamanil, la blanca leche
dejada para el alba. Afuera, en la plaza amurallada, la mañana se pasea
con ojos de lluvia en los cristales.



POEMAS
© TusPoemas 2008.