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Como un banco como un abanico - Poemas de José Ernesto Cadalso Quero

Como un banco como un abanico

Miro mi reloj de arena por la ventana
parece que lo único que tengo que hacer es contar sus granos
No tengo otra cosa que hacer que contar las gotas

  que caen en la noche
Despacho mi hígado para que se lo coman las moscas

y estrujo una hormiga en el papel
Parece que no tengo nada que hacer que no sea eso
Busco silencioso mis zapatos debajo de la cama
y no sé por qué recuerdo un día que estaba bajo la noche
persiguiendo lechuzas
Saco a pasear mi último recuerdo
Veo tu recuerdo borroso en la pizarra
rompiendo la cabeza de un bolígrafo
No sé por qué aún me miro las manos
Recuerdo tu voz y no sé por qué aún cazo saltamontes
Veo las flores caer a lo lejos
y escribir mi piel y veo mi piel arrugarse como el viento
Quiero matar y no puedo
Quiero coger el aire en un pañuelo
Veo el reflejo en la mesa
y escribo su superficie no sé por qué estás aquí
Te escribo en las aceras
en las palmas, en los charcos
en las pencas
Te recuerdo en un banco, te recuerdo matando

  mi recuerdo
bajo la noche para una lechuza
Ya no hago poemas buenos sobre los charcos
Tengo calor
te escribo esta carta y me voy no sé por qué aún te veo

  en la noche
Se me acaba la tinta
y aún me escribo las manos
aún voy a ver las tardes, aún veo las hormigas pasar
aún veo tu sonrisa, aún creo en la poesía
aún te veo en los charcos
Buscando el viento por las noches
y yo aún me mantengo en esta mesa

mientras espero por el paso de los trenes
Veo las caretas que se usan en los teatros colgando

  en la alambrada
despacio como el viento
y escucho tu imagen en los raíles
He llorado mucho por ti
y he visto muchas lechuzas pasar
Escondo los pies para que no los vean
y veo tu sonrisa en mi banco riéndose en un árbol
Te di la noche para que la vieras
para que observaras su luna sobre la superficie

  de una azotea
mientras se oía la música de los árboles
Tú me comiste la risa y la distancia
diste de beber a mi perro bajo los árboles
Yo nunca te escribí un poema falso
ni te lo escribí en las paredes
Tú viste día a día pasar las tardes
sobre la cubierta de las hojas
metiendo mi mano por mi garganta y alumbrando en flor
Yo nunca te escribí en las paredes
sino sobre las matas de coco
Tu imagen pasó muchas veces sobre mi escalera
y un día adiviné mi suerte en un sueño
era doloroso y triste
y nos perdimos en el bosque protegidos por la cubierta

  de los árboles
Tú sabías que era una noche oscura
pero no te importó un carajo
Yo paso genio ahora con mi bolígrafo
mientras se me cae el pelo
Doy a los dinosaurios su comida y espero las estaciones
Yo doy a mi bolígrafo comida para que se la coma
y me escribo las manos

Sólo recuerdo cuando nos perdimos en el bosque
como un banco como un abanico
a descubrir las estrellas



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