A egon schiele en estos días
en que la soledad se confunde
con el gris de los ojos del mundo
pienso en usted egon schiele
convencido de su pederástica hermosura
haciendo posar a esas damitas colegialas
tan delgadas y lánguidas como libélulas
en las que tal vez
encontró el placer narcisista del que no puede prescindir
sus modelos joven schiele
me recuerdan cirios encendidos
vírgenes de medianoche
alucinadas por los brillantes lumínicos
en las puertas de los clubes
esos lugares donde los jóvenes soldados
ofrecían la mitad de sus sueldos
(centavos ganados rigurosamente)
por una jarra de cerveza amarga
y la fugacidad de un instante de placer
el mundo siempre estuvo dando golpes delante de los ojos
sólo que la vida a veces se equivoca
y nos muestra la cara equivocada de la moneda
la casa ya no fue más la casa
en la que el amor era la llama que avivaba la leña
la casa ha sido un pozo
donde los sueños cayeron a la profundidad de sus aguas
y nos faltó la soga para salvarlos
aquí estamos usted y yo
aquí haremos girar la botella
que decidirá cuál de los dos se irá a la cama
con esa chica que ha pintado
cuál de los dos le retocará las pupilas
y beberá del vino amargo de sus pechos
esa mansedumbre que como un salto de agua
nos devora dulcemente
pronto egon schiele
el mundo está girando
se acerca el tiempo de la siega
donde sólo entonces usted comprenderá
que es hora de ir en paz con dios y con los hombres
siempre estuvo la mano del amigo
esperando en el brocal del pozo.