En la tierra del sol naciente I. La primera noche en la Tierra del Sol Naciente
La primera noche en la Tierra del Sol Naciente
tembló a mi alrededor.
Era el calurosísimo verano húmedo.
Sueño que sueño que me sumerjo entre los peces,
agarrada a un viejo amante.
Los amigos me llaman desde los barcos rojos
de antigua madera, como manzanas,
que se debaten entre las altas olas.
Me vuelven a la orilla, que realmente tiembla.
Despierto…inicio la ruta a los templos.
II. Memoria sentada a la orilla del río Tenma
A lo largo del río Tenma
en Hiróshima, ahora crecen los sauces
que aún lloran el epicentro de la bomba atómica.
Al atardecer, el río vuelve a mostrar la sangre
del sol caído justo allí
donde 15,000 toneladas de uranio,
que viajaban a 11 kilómetros en 30 segundos,
explotaron, carbonizaron más de 140,000 seres
que una vez fueron humanos.
Un inmenso oscurísimo hongo nuclear
despellejó la carne y aniquiló la vida.
A lo largo del río Tenma,
ahora crecen los sauces cuyas ramas de lágrimas
casi tocan el agua que sigue fluyendo en el tiempo.
Sentada a la orilla del río Tenma en Hiróshima,
miro a los amantes que se besan, que se abrazan.