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Una botella rota - Poemas de Eduardo Dalter

Una botella rota

Una botella
      rota
en la cuneta,
¿quién la bebió?,
      ¿quién
la rompió?
Una botella
      rota,
con su etiqueta
      y su barro.
Su pico
      apunta
al cielo,
y si te acercas,
      a tu frente,
como un dedo
      vacío,
sin uña,
      sólo borde.
Una botella
      rota,
más allá de todo
      olvido,
en la media cuadra
      del suburbio.           
Ese hombre inclinado con su palo
      en medio del basural,
donde las bolsas de nailon
y los olores gruesos,
en marejada,
cubren el paisaje,
no busca la felicidad,
      en cualquiera de sus versiones,
o acaso sí
      creyó ver un atajo
allá, en los límites
      del horizonte,
entre bolsa y bolsa,
      o recuerdo y recuerdo;
una felicidad fugaz,
      con un palo,
o posible o creíble,
mientras el sol lo alumbra.            Dios por acá
      anda borracho,
no puede tolerar
      tanta bolsa sucia
      al viento.
Con caña encima, barba,
      pantalón colgando
de su diosidad
              raída.
No puede tolerar
      verse
en el fondo
      de los ojos
de las gentes
      que bajan del tren
con bultos
      y changos torcidos
      del mercado.
Anda suelto por acá,
      pirado
de tristeza elemental,
      platónica.
El universo
      es infinito,
      el tiempo eterno,
parece decir Dios
      queriendo
convencerse
      en vano,
entre las bocas
      baldías
y las miradas
      de tormenta.            El amor por aquí
      crece sudado,
pura sangre,
      en cualquier parte.
Su naturaleza
      está fundida
a la tierra vaciada
      y rellenada,
a su saliva
      turbia.
Lejos, de otro mundo,
      la ciudad
es su cruz de fierro,
su cerrojo
      más triste
y su espejo
      imposible.
Hierve sola, desierta,
      la espesura
      de este amor
que va por agua.
Amor a medio vestir,
      que alumbra cardos
en el sucio terraplén
y en el baldío
      poceado,
frente a la carnicería.            Un corte en
      la cara,
      el revés,
un corte ciego
en la hora,
un corte
seco, sin dos,
un corte
      que crece
hacia fuera,
hacia abajo,
un corte
      como raíz,
sin grito,
sin garganta.



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