Grieta 'e frontera (Venezuela, escúchame)
Al Chino Valera,
en memoriaBrilla un ojo neutrónico,
que apenas se advierte
entre el agitar
de las banderas.
Y brilla otro ojo
para adentro,
un ojo virtual,
incesante,
conectado también
a una central
múltiple
(donde los ríos cifrados
y sucios
desembocan).
Te están calculando,
Venezuela;
te están filmando
en technicolor,
en el fragor,
en la neblina,
y están invirtiendo
a cuenta,
tu cuenta,
tu ñame,
tu memoria.
Y brilla un tercer ojo
acechante,
un ojo fijo, o fijado,
en el oro blando,
el oro oscuro
(el oro que enciende
fiebres y turbinas).
Un ojo
que el pescador de Uquire
ni imagina,
un ojo
que el buhonero
de San Felipe
ni sospecha.
Te están, desde
lejos,
midiendo Venezuela
la sangre,
el aire,
el límite,
y te están traduciendo,
calculadora en mano,
en programas intensivos
y en barriles.
Sueñan pesadillas, cerrojos,
Venezuela,
en nombre de la gente
desprevenida
y sencilla,
ésa que baja en burro
a La Salina
o reza un ave maría
en Punto Fijo.
Cuídate la espalda,
Venezuela,
que un atrás inmenso,
metálico
y oscuro
está creciendo
con tu sangre,
tu marejada espesa
y tus espinas.