CalÍmaco (i) Como en los epigramas de Calímaco dejo esta breve frase
entre los dientes del gato: no me lloréis
y buscadme en el jardín en tardes como ésta
cuando
el verano está quieto como un felino embalsamado entre las hojas.
Yo fui y yo soy lo que pude mientras viví en la tierra.
Ustedes saben que esta urna funeraria guarda cenizas
de recuerdos felices y de palabras felices
que me hicieron volar fuera del espacio en otro tiempo
que volverá
cuando los extraterrestres desciendan otra vez sobre Machu Picchu.