Triunfo Como un desairado cobrador
el viento
llamó a la mañana del domingo
habíamos cerrado la casa
y ya cubierto el corazón
el día
el mundo
quedaron esperando
anoche
fuimos felices
y el vino pagó todas las cuentas
a veces
la sola dicha
puede suspender
ángeles
y fuego tenebroso
después
en el cuarto
tu escondida fe
rasgó
la máscara del miedo.