Poema desde donde mi madre cose la eternidad en una máquina singer Quizás por eso madre cose la eternidad en una máquina Singer
y también porque silenciar los ruidos de los muertos la complace
En cierta manera yo sigo siendo una criatura
amparado entre sus brazos soy su criatura un inocente
a quien las circunstancias de todos estos años no han hecho
grande
un asustado que descubre la mordaza de Dios como la luz
asolando la casa desde las flacas hendiduras del techo
Madre lo sabe y se entretiene cosiendo en su vieja máquina
Después del invierno
mis hermanos hicieron sin mí el camino de regreso
han vuelto si volver es semejante a vivir clínicamente
Mis hermanos que están envejeciendo
acumularon en sus raídas alforjas
piedras sin importancia
una máscara de teatro
un trozo de cuerda del ahorcado más célebre
la mitad de la corteza de una avellana
salvada casi por milagro
de entre el estrépito y las patas de los caballos
unos ojos de bestia que no quise tocar
porque eran muy rojos brillaban
y se parecían peligrosamente a los míos
algunos espectros de olvidadas guerras
que mamá con sus caprichos hizo habitaran la casa
como si fueran parte de la familia
un cuaderno de bitácora
unos expedientes
un registro y sus debidas cláusulas
en las que se narraban todos los senderos del universo
y en el folio final el grabado
en que descubrí sorprendido
a Jesucristo y a Satán sentados a una misma mesa
Desde entonces procuro justificar las ausencias de mi padre
me doy la razón al saber
que todos los caminos son uno y el mismo
la paz venidera y última la muerte
Madre ya no me canta
canciones de cuna
hosannas para alejar de mí a los demonios y traerme
la resurrección de los sueños
Ahora me comprendo:
He nacido para otro momento y otra interrogación
porque sé las palabras que van a utilizar
y no serán las mías
Madre sabe que no he crecido
por eso en el silencio de la madrugada
le pide a Dios cuide de mí
luego se recuesta y duerme tranquila.